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72 Paz interior. las circunstancias de su conducta, que será siempre mas firme, mas razonable y mas se- gura, Fuera de las ocasiones de los mas vivos temores . es necesario tratar poco , y sin ra- zonar con sus penas ordinarias, desde que se conoce u primera vista que se ha cumplido con la vbligacion al menos en lo esencial. He dicho á primera vista, y no á primer movi- miento; porque debemos conducirnos , no por un sentimiento de impresion, sinó por la luz de la razon. En haciendo estos razonamientos, no es menester detenernos para responder á todas las objeciones que, una conciencia temerosa forma. contra la aversion al pecado : antes es necesario suponerlo sin contestacion sobre la importancia de vuestra conducta. La dis- tancia del pecado no consiste solamente «en no cometer alguno, sinó en tener:un deseo sincero de no pecar jamás: en llorar por los que se comelen por flaqueza, y en estar con precaucion contra todos. Gozar de Dios y no ofenderle mas , es propio de los Santos, que reinan.en la Gloria ; servirle y hacer peni- tencia de sus culpas, esto es lo. propio de los que están en la tierra. Lo que os debe alentar á decidir sobre estos razonamientos cuando os halleis oprimidos de los mas fuertes temores, es que, áun cuando algunas veces sacáreis de ellos las consecuencias mas favorables, y cuando juzgando despreeiar solo los temores frivolos pasáreis por alto du- des muy fundadas, no seria esto en vosotros

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