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Obstáculos, y medios para vencerlos. 07 sus remedios, y casi nunca en los medios de adquirir las virtudes opuestas. Ordinariamente se debe emplear mas tiempo en la adquisicion de la virtud, que en la destruccion del vicio; porque esto es abreviar el trabajo y asegurar el suceso. El buen habito destruye siempre el malo; y esta máxima conviene singular- mente al escrupuloso. La vista y el amor del bien, alegran el corazon, lo llenan de un ardor animoso y lo ponen en paz; pero la vista muy frecuente de sus faltas, no produce sinó temor, tristeza y turbacion. XXVII. Del amor del bien se sigue ne- cesariamente la ayersion al mal; del amor de la virtud, el aborrecimiento y desvio del pe- cado, aunque sea solo venial. En esta aver- sion y desvio, tiene un alma escrupulosa un grande fondo de decision para sus dudas so- bre los pecados mortales; porque en cuanto a los veniales, debe ordinariamente detestar- los sin decidirlos; y asimismo humillarse, sin examinar mucho si es e en ellos. Los exámenes rigurosos sobre las faltas ligeras, tienen comunmente mucho de amor propio, y cáusan de ordinario mas embarazo de con- ciencia que progresos en la virtud. Este tra- bajo pa que se pone para esclarecer las dudas , y las que vuelven á venir muchas ve- ces, ebria la devocion, cuyo fervor des- haría en un momento y sin exámen, las fal- tas verdaderas , y convertiría en provecho las dudosas. De otra parte, esta es una máxima que me parece segura, y que yo creo ser de