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66 Paz Interior. despues de santo Tomás 1. Y asi, aunque este Sacramento supone ordinariamente el estado de gracia en el que lo recibe, sin embargo le produce alguna vez y quita el pecado mor- tal, en el que no crevéndose culpado, lo re- cibe con buena fé. Y parece que no puede naber buena fé mas segura, que aquella que forma , en una alma escrupulosa, la decision de su Confesor. Sin razon, pues se atormen- ta el escrupuloso con el temor de hacer un sacrilegio, cuando por su órden , y sin certi- dumbre de su mal estado consiga su absolu- cion; porque en la buena fé en que la ponen la decision del Confesor y su propia deferen- cia, el Sacramento que recibe, bien lejos de ser un pecador nuevo, le borra todos los mor- tales, de que podia ser culpable. XXVI. Sería tambien una fuente de paz para los escrupulosos y un medio de librarse de sus penas, ocuparse mas en el amor del bien, que en el temor del mal; mas en las virtudes que deben practicar, que en las fal- tas que cometen. Yo sé, que cada una de estas dos cosas tiene sus tiempos y sus dere- chos, y que no se adelantaria mucho en cul- tivar las virtudes, si no se desarraigasen los vicios. Mas esto mismo condena á los escen- pulosos , comunmente ocupados en el senti- miento y confesion de sus faltas, rara yez en 4 Si percipiatur ab eo , qui est in pecato mortali , cu- jus conscientiam , et peccatum non habet, forte enim primo non fuit sufficienter contritus. D. Thom. 3, part. quest. 79, art. 3.

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