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Obstáculos, y medios para vencerlos. 53 nos , y de las mas menudas vagatales haceis mónstruos. Casi todo el fruto, que habeis cu- jido de vuestra piedad , se reduce á haber he- ho gemir á vuestros Confesores, alligir á vuestros amigos, arruinar vuestra salud y de- bilitar vuestro entendimiento. A mas del mal, ¡ue os habeis hecho a vosotros mismos, ha- beis ejecutado mucho en los otros; porque habeis presentado á la piedad, como cosa ri- dícula , y enfadosa á-un gran número de per- sonas , que no la conocian, y han creido que, vuestras incertidumbres, vuestras turbaciones, guestros tormentos y como ellos dicen , vues- tras risibles parvuleces, eran todo su fruto; y si con todo esto quisiérais aún justificar vues- tros escrúpulos, no haría yo mas que pregun- táros, para apurar esta materia, si la virtud se destruye á si misma. XV. Siempre habeis hallado razonables y sólidas las quejas , é incertidumbres de vues- tra conciencia, cuando cien veces las habeis reconocido quiméricas. ¿No será, pues, una absoluta imprudencia, seguir una guia tan su- jeta al engaño , y empeñáros á caminar enga- ñados con ella, con preferencia á los que ja- más os han hecho una señal falsa? XVI. Vuestros Directores tienen gracia y autoridad para conduciros , y vuestra escrupu- losa conciencia carece de ambas cosas; y cuando toda su autoridad está ceñida á haceros una ley de no resistirlos, la gracia que vosotros debeis pedir á Dios, es, que os preserve de las sorpresas.

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