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PARTE SEGUNDA. OBSTACULOS DE ESTA PAZ, Y MEDIOS PARA VENCERLOS. ¡APITULO PRIMERO. La vana alegria, y negra tristeza. Un. de las cosas, que mas comunmente de- sordenan y pervierten nuestro interior, es la escesiva alegría. No se sabe mirar esta pasion con desconfianza, porque se presenta con una cara de placer, y de un placer, que comun- mente no es criminal; y no son pocas, ni poco considerables las heridas que ejecuta; porque la primera de todas, que es la ina- tencion á nosotros, nos impide el sentimiento de las demás y el de ella misma 1. Alegría inconsiderada que nos disipa el interior, que se nos lleva á la parte de afuera , que nos dá una especie de rarefaccion , por la cual nos estendemos por todas partes como una agus que se derrama, Ó como una cera derretida que no deja en el fondo del vaso sinó las en- 4 Propter jevitatem cordis non sentimus anime nostre dolores, sed sepe vane ridemus, quando merito ere debe- zemus, Kemp. lib. 1, cap. 2.