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Práctica. 307 ridiculos! buscad vuestr.» descanso volviéndoos ya á un lado y á otro, murmurando sin cesar vontra la cama sobre la cual os revolveis, en lugar de hacerlo con la fiebre que os devora 1. Volvéos y resolvéos; pero jamás habrá reposo en un corazon, que conserve alguna liviana fermentación en lo que liene de terreno. La pluma y el algodon seran muy duros para su enfermedad 2. No podra hallar el reposo que encuentra un hombre sano echado entre zar- ras. Santa Teresa sufrió veinte años un tan eruel tormento en este estado de debilidad y languidez interior, que se veia sorprendida de ver que la hubiera podido sufrir un mes en- tero ; y jamas pudo hallar alivio, sinó en des- nudarse enteramente del hombre viejo 3 Pero desde que empezó á practicar lo que enseñó despues, miranduse como sola en el mundo, dió prueba en el fondo de una: paz toda: divira; porque solo Dios es el todo y hace oficio de todo 4. VI. Desprendéos pues de todas las cosas sensibles, de vuestros bi"nes, empleos , rango, y de todo lo que os rodea. Renunciad los placeres, priváos de las comodidades cuanto os le: permita vuestro estado no satisfagais á la necesidad sino con discernimiento. no tomeis todas las cosas criadas , sinó con ver- dadera necesidad: y para hablar asi no las to- queis sinó ligeramente y de paso, como Jona- 4 Versa, et reversa. S Augus. — 2 Dura sunt omnia. — 3. En su vida, cap. 8. — 4 Erit ipse 1 omnibus qui pro ¡oso omnia reliquerunt. S. Benard.