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Práctica. 299 y gemid en sa presencia, por lo fáciles que sois en estender vuestro corazon sobre los alimentos terrenos 1; y pedidle la gracia de usar de la comida y bebida con mas discrec- clon y prudencia Detenéos en cualquiera tiem - po: privaos de alguna cosa pequeña, si po- deis; y pocos son los que no pueden: por- que poco basta para la verdadera necusidad; y despues de lodo, no estara mas satisfecho por una vagatela que puede sacrificar la mor tificacion, por mas que reclame la glotoneria. Y en general observad con mortificacion todo lo que esta prescrilo.a cerca de esto por la decencia ; porque la civilidad y la sobriedad no se diferencian sinó en los motivos. Pero no puedo dispensarme de daros aqui otros avisos tal vez poco gustosos, pero muy ¡mpop- tantes y que no son estraños de la Paz inte- rior, la cual no puede sufrir mucho: los €s- cesos que son de todos los dias. No penseis pues que la glotonería no se halla sinó en la delicadeza y en la variedad de los manjares ; porque alguna v z se salisíface me- jor usando de los mas groser»s y comunes, con gusto, sin violencia y sin medida , en com- pañia libre y en una mesa rústica; que comiendo la viandas mas deliciosas en un festin suntuoso y. bien ordenado, pero con un acompañamiento respetable, a quien disgusta la disolución cuando los manjares esquisitos irritan la intemperancia. Observad inviolablemente esta grande muxi- 4 Tan effusus super cibum. Kemp. Hb. 4. eii