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287 ARTICULO IL Moderación de- la actividad en todas las acciones. l. No comenceis alguna accion grande o pequeña, sin haber elevadó vuestro espiritu á Dios, para suplicarle que os haga conocer st quiere que hugais aquello en aquel punto ; para referirlo á su gloria , al conocer que esta es su voluntad , y para implorar su auxilio á fin de cumplirlo de un modo que le sea agradable. Esta elevación, que debe ser mas ó menos larga or- dinariamente, á medida de la consecuencia de la accion, de la dificultad de entender la vo- luntad de Dios y de la necesidad de ponernos en la santa indiferencia para todo lo que Dios puede mandaros, templara vuestra actividad, os acostumbrara á obrar con reflexion y no por genio, rectificará vuestras intenciones y purificara vuestros mérilos. £s tan útil esta practica que os la aconsejo, hasta para aque- llas acciones, en que cun vuestras obligacio- nes está del todo decidida la voluntad de Dios. Las llenareis asi de un mod» mas exacto y re- levante; y reflexionando sobre lo que parece que pide menos reflexion, hareis como el santo Job 1, un hábito laudable de entrar con des- confianza de vos mismo , en todas las accio- nes que hiciéreis y en las intenciones de que seran anim «das, Comenzad tranquilamente, y 4 Verebar omnia opera mea. Job, 9, Y. 28.

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