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Práctica. Ll se glorie sinó que toda la gloria del deseo y la ejecucion, Jlegue a su Majestad enteramente. ¿Qué os sucede ahora? ¿Os veis detenidos pot una enfermedad ó por otro accidente, cuando vuestros negocios tomaban el mejor rumbo del mundo? Estad tranquilos; porque st es abra de Dios , vosotros no sois necesarios ; y si es solo vuestra, debeis estar complacidos de no per: cer mas tiempo pi tener mas cuidados. Segu- “asgente no emprénderels jamas obra tan grande 1i tan santa como el establecimiento de la Re ngca Cristiana en el mundo: y jamás sereis :*n pecesarios Ó gan útiles, como lo era el Apóstol san: Pablo para esta divina Operación; vin embargo esta detenido en la carcel much»s ños $ la solicitud de todas las Iglesias, no la impide el gozo de una profunda paz. Sabe que Dios tiene sus momentos y sus medios, fre- cnentemente bien distintos de los hombes; y los espera, sin quererlos adivinar ni prevenir. Su objeto cs, no el concluir dichosamente su ubra, sinó consumar fielmente su curso, al eval Dios le ha puesto sus limites. Si teme, no es el objeto de su miedo ni la prision que lo detiene, ni los tormentos que le esperan, ni la muerte que ha «le poner fin a sus proyec- tos y trabajos; sinó el no cumplir con el de- bido celo y exactitud , el ministerio du la pu- labra que Dios le ha confiado, y el no dar un testimonio muy glorioso de su gracia al Evan- gelio 1. En una palabra todo su deseo es, tcs 4 Nihil horum vereor, dummodd consummem Ccursum