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Práctica. 210 sola palabra tal vez aun .es mucho. Si hollais alguna resistencia, mostrad que no la enton- deis ; y mo penseis haber malogrado esta dili- gencia , porque la tierra que resiste al arado, no-es la mas estéril; y el grano que recibe parece que lo deshace: y destruye, pero. bro- tura a. su tiempo. El amor nataral del hombre-es ordinaria- mente muy aclivo: el amor de. Dios y del prójimo es siempre tranquilo 1; y debe ser preferido el último al primero. Lo que: po- dreis decir útilmente sobre el tono de la ins- truecion, guardáos de decirlo sobre el de la correccion , que siempre tiene algo de áspero. Lo que lleva la instruccion sobre la eorrec- cion, cede al consejo; y el consejo al ejem plo: y jamás se habla mucho, ni se habla sin fruto, cuando se habla a los ojos. Ins- truyamos pues, acoasejemos, reprendamos con nuestros ejercicios. Esta es la instruccion mas modesta , el consejo mas eficaz, y la correccion de quien nadie puede quedar ofen dido. Obremos antes de decir á los otros lo que han de obrar. El grande secreto para no reprender los defectos de nuestros prójimos , á perjuicio de la paz de nuestra alma, y para hacer siem- pre útil la correccion que lo es ratas veces, es observár la práctica que san Gregorio dice ser. comun á todos los justos. Humillémonos 4: Charitas patiens ext, benigna est... Non inflotur, 1 «orinth, 15, Y. 4.