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Práctica Lo. él alguva vez algo: de fuerza y vivacidad, de: bemus en el mismo precioso momento volverlo entero ¿sobre nosotros mismos.' Somos tan imperfectos, que necesitamos de todo el tiempo y: todos nuestros cuidados para nuestra enmien da; y tenemos necesidad de tantos medios para - perfeccionarnos, que si fuera permitido, de- biamos desear que: la' malicia de los hombres se juntase a todos los auxilios del Cielo. Pero este deseu que no nos es permitido, dispone Dios que suceda. Gocémonos pues, no de que los hombres tengan“ esta malignidad, loque no debemos pensar facilmente; sinó de que ella se vuelva? contra «nosotros, antes" quo contra + aquellos que tienen menos necesidad: De: otra parte, lo que a nosolros purece malignidad. ; puede ser que no sea mas que una «pasion, que nos aflige mas de lo que áo nosotros nos ofende; y tal 'vez la com: baten vivamente. y la vencen en cien 'ocu- siones, parasuna en que són veneidos:* Nues. tros defectos, que por lo menos son tal eno. josos: como los de“elles , no los turban nada y los llevan con tanta" paciencia que, NO pas rece que sufren sinó porque: nosolrus sufri- mos: ¿Porqué pues testros ojos, vluscades com la ceólera miraran la flaqueza de nuestros hermahos, como: cápaces Je deshacer todu: sus: buenas calidades, cuando el Dios de: las misericordias se les perdona, en consideración de sus virtudes , y de los esfuerzos que hacen por corregirse? Estas reflexiones hechas ay licm- po, hacen mas prudentea muestro celo vme-

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