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252 Paz interior. habita el Señor 1, yen donde ofuscados siem- pre los ojos eon la impaciencia , DO quieren percibir otra cosa. El celo que agrada al Se- ñor-es aquel que parecido ¿un dulce viento, suaviza y purifica sin turbación , Sin ruido y in riesgo 2. Tanto mas se inflama el vuestro vuanto parece que es milo el mal que lo'iv- rita, y que Os hace oponeros á él con todas vuestras fuetzas : pero otro tanto mas debeis Jesconfiar y poner emdado contra sus llama- radas ; porque podeis temer que este fuego no venga de Dios: que su falta de luz os haga parecer fos objelos muy otros de los que son; y que no os haya dar en la desgracia de que aumenteis el mal, bien lejos de acelerar “su salud Juntad á esto, que estos grandes movi- mientos harán perdera yreestra alma el lugar en donde Dios la quiere . y de donde intenta sacarla el demonio con algunos pretestos de piedad Si este enemigo astuto que “OS observa continuamente. quiere Hevaros:a esta indigna- cion, os apresurara sin cesar hacía ella sabiendo bien, que siempre ganara contra vosotros y que al menos a la vista de vuestro prójimo mo. perdera nada. La ira “del hómbre , comio dice Santiago, no obra la justicia de Dios 3: y sin que vosolros lo entenduis , véndvéis “a parece” á aquellos coya conducta no sabeis 1 Uhólo yefatus sumo. Non” ta spirit? Dominas; non ta commotione Daminus , nen in igne Dominus. Reg. lib. 2, e. 19,y.10,12 — 2 Et-post ignem sibilus aure te- avis Ubi supra Thid. 23. Tra viri justióam Dei 'non operatar, Jacob. 1.720 s

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