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p< a 246 Paz interior. »mí Criador que és el centro, como el prir- »cipio de mi ser; y yo lo quiero mas que ja- »más . observando solamente el ir á él por »los diferentes grados de la vida espiritual. Sea »flaqueza , sea malicia, sea sorpresa, sea fuerza de hábito, sea permision Divina, para des- »engañarme á mi mismo y hacerme mas pro- >pio para una virtud sólida, yo he decaido en »ese punto; pero no la perderé de vista : an- »tes bien cuanto mas me aparte, doblaré mis »esfierzos para acercarme «Mas. No afecto los »caminos estraordinarios ; porque los dejo para »los Santos : Pero la mortificacion de los sen- »tidos , la humildad de espirita y corazon, el »comocimiento de mi mismo , le obediencia á > más superiores , la diferencia para mis igua- es, el rec gimiento y la Oracion ¿no per- »tenecen al camino ordinario ..a que es lla »mado todo Cristiario , y por donde yo debo »eorrer con lodas mis fuerzas? ¿Quién lo duda? »Y ¿quién lo ignora? Pero vos Señor, tes- »igó de mi fiqueza y autor de mi resolucion, »dignios de hacer estable en mi lo que me ha »quitado aquella. Vos quereis que los deseos »de mi corazon me lleven á vos. Mi gron »consuelo sería, imitar aquellas almas que no »viven sinó para vos. Mas mis dulces momen- »los son los que yo paso con vos. Yo os llevo, »á pesar del peso de mis pasiones que me ar- »rastran lejos de vos; y yo llevo continuamente »las caidas que esas me hacen dar. Estas son » groseras á la verdad ; pero el dolor que me squeda, prueba que yo no las amo; y que á