BCCPAM000545-1-05000000000000

244 Paz interior. malos , en la misma ocasion de las sorpresas que os hacen sus miserables reliquias. ¿Qué será pues, de vuestras comuniones, oracio- nes, meditaciones, austeridades y en fin de todos vuestros santos ejercicios? Esto es de lo que vuestro enemigo no os habla, por le mucho que interesa en apartarlo de vuestras reflexiones. IX, Viene ahora otro error y otra ilusion diabólica. Un principiante lleno de fervor á quien Dios llama fuertemente, y que quiere de todo corazon ira él, comete una falta con- siderable, en la que le hace caer el domonio por industria o por esfuerzo, y no falta en exagerársela' cuanto es posible, Entónces, lo- mando la forma y el tono de Ángel de luz, le dice en su interior con un aire severo é indig- nado : < ¿Cómo es esto? Tú has caido del cielo? »Tú que te hacias o por mejor decir, te l- »sonjeabas de haberte hecho uno de $us mas »bellos ornatos ? Tú que decias en tu corazon: »Yo me elevaré , me perfeccionaré y adornaré »mi alma con todas las virtudes; yo 1ne arri- »maré mos y mas al'muy alto? Hé aquí como has resido hasta el abismo, Espiritu temerário! »Jóven audáz / que queriais subir en rapido » vuelo hasta la combre de la perfeecion, y seuva ambiciosa y frivola piedad aspiraba a vigualar a Jos mismos Santos! ¿En qué han parado tus bellas y apresuradas resoluciones, »luntas veces reiteradas y escrilas ? Este es el »fin de aquella primera máxima de una devo- »cion perfecta: No quieras tener pensamien-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz