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Práctica. 243 atros caeis por flaqueza, por sorpresa, por una reliquia de habito que todos los dias es menos fuerte y menos voluntario; pero os levan- «is eon valor, con reflexion y con deseo de ana fidelidad constante, que se forlifica con todos vuestros gemidos, contra vuestras con- tinuas infidelidades. De las faltas de pura fla- ¡jueza precedidas de una viva resistencia, Ó co- metidas sin reflexion y seguidas de un pronto rrepentimiento, apenas queda imagen en el alma ; porque esta es como el fuego que se coje con las manos, se arroja todo de una Vez y prontamente, del eual no queda casi ninguna impresion, Pero lo que hace un hábito Vver- dadero son las conversiones de vueslra peni- tencia, bien voluntarias, bien reflexionadas, bien sostenidas y de otra parte bien. dificiles; pues han superado la impresion aun reciente del pecado, la flaqu:za. y la pasion que dejó zm el alma, Ja, propension, que imprimió ha- cia el demonio., la. violencia con que este eruel enemigo os puso sobre la eminencia del precipicio , y vuestra propia timidez que no puede levantarse sinó por un esfuerzo último, Y asi podeis decir en un verdadero sentido, que.os morlifieais con vuestras flaquezas, usan- do de las palabras del apóstol: «Cuando yo »estuy enfermo, entónces es cuando estoy fuerte 1.» Y tambien que todos los dias los buenos habitos logran alguna ventaja sobre los 4 Cúmiufirmor, tune potens sum. 2, Corinth. cup. 12, de A e