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ES 242 Paz interior. see ordinariamente la justicia, aunque alguna vez caiga Las faltas que comete de tiempo en tiempo, ó no son de lal naturaleza que Ja hagan perder la gracia, 6 al menos no supo- nen que no fué justa ales de cometerlas; y menos aún . que un sincero acrepentimiento no la restáblezea á su primer estado. Al contra- rio, nada prueba tanto la: vista favorable de Dios hácia un alma. como el movimiento que ella percibe para volver a él, desde que tuvo la. desgracia de separarse ; y nada prueba lanio que Dios hmbita en ella, como Jos sentimien- tos interiores que padece de sus ligeras faltas, V4H. En segundo lugar os diceeste espi- ritu de «error, que jamas os corregireis de vuestros defectos; pues cacis en ellos tan fre- cuentemente , á pesar de las mas fuertes resolu- ciones : que vuestros malos hubitos se Tortifi- can todos Jos dias: que cada una de wuestras caidas, hace mas pesadas y fuertes las. prisio- nes en que estais ; y que asi ,-ni las podreis romper ni sufrir: que estando tan negligentes en el primer fervor, que suele romper por todo , cualquiera cosita os detendra cuando los primeros hervores vayan faltando. El os sugiere en fin, que cada una de vuestras faltas es una diminucion de la gracia que.se os dio, y una frialdad recipreca entre Dios y vosotros. Ra- zonamiento tan especioso- y falso, como el primero. No, no es asi; los habitos de vues- tros defectos no se fortifican con vuestras cai- das; pero vuestras resoluciones se fortifican por cada una de vuestras conversiones. Vos:

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