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234 Paz interior. fiel en lo venidero. Todo lo demás, melan- colia, turbación, reflexiones sobre las fal- las, DO es mas que unas reliquias de la in- elinacion á la criatura, un amor refinado de si mismo y un obstacul» á la perfecta con- version. Es necesario gemir sus faltas; pero no con un sentimiento natural, que inspira el despecho de sus imperfecciones, lo que es único origen de la impaciencia y de la me- lancolía ; sinó por amor de Dios , por el de- seo de su gloria y de la propia salvacion. Vosotros quereis volver á Dios detestando la criatura que os lo ha hecho abandonar; pero debeis ir al contrario : habeis de comenzar por volver á Dios , y hecho esto, caerá necesa- riamente to:la vuestra inclinacion á la criatura, HE. Esforzoso en los temores de wa alma que está fuera de si misma , á vista de la rei- teracion de sús faltas , sean las que fueren, el conocimiento de si misma y la humildad. Se vé confusamente en un cierto desórden que la asusta y que no prede definir; y no recono- ce ni las misericordias de Dios sobre si, ni las semillas de virtud que su Majestad le ha enviado , ni los movimientos interiores que obra en ella. Ni vé la resistencia que opone a la teñtacion antes de consentirla, ni el pe- sar con que consiente; mi la prontitud con que se levanta. No advierte la dichosa inclinacion hácia la piedad, que intenta apartarla de esta especie de desgracia, coniraida de las malva- das pasiones en el tiempo de la disipacion ; y que el Señor menos atento á sus Sorpresas