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226 Paz interior. cio a la fuerza, si ellas no ceden á los pri- meros golpes.. Ya dejo insinuado esto y no sa- bré decir mucho mas; porque lo que sucede ordinariamente .en- un combate porfiado ; es la fatiga y la turbacion. De otra parte, el des- precio es el medio mas breve de deshacer á ua enemigo arrogante, a quien no hay cosa que mas deprima. Él es un niño para los que lo desprecian , y un gigante para los que: le temen. -se vé en l+ vida de san Antonio y de otros muchos - santos, que pusieron en fuga muchas legiones de demonios, con una risa burlesca 6: con. una picante chunza Así vence- reis plácidamente las tentaciones, ayuilados del auxilio. de Dios, combatiendo poco á poco con pacieneia y. con dulzura, mas que recha- zándolas con mucho afan y dureza 1. MÁXIMA TERCERA. Es preciso descubrir las tentaciones al Di- rector. Se vé en las instrucciones y vidas de los Santos, y particularmente en las de los Padres de los: Desiertos, cuan necesaria juz- garon esta practica: y en uno de ellos se hizo una triste esperiencia. Veinte años fué ator- mentado de una grande tentacion , de la cual no. se vió libre hasta que la descubrió á' un. anciano. El Principe de las tinieblas teme mu- cho a la luz, que manifiesta el fondo de los eorazones y lo descubre á él. Es Leon que corre 4 Paulatim, et per patiemtiam, cum longanimitate, Deo juvante, melits superabis, quam duritiá et importu- tunitate prepria. Imit. Christi, lib. 4, cap. 13,

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