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Práctica. 219 de este, la habia Hamado san Efren, la Es peranza de los que ninguna lenian 1; y des- pues de él santo Tomás la aplica con la Igle- sia los elogios de la Sabiduria, y nos la pre- senta como el principio de toda vida y. vir- tud 2, Es pues ulilisimo en los momentos del torbellino. y. de la turbacion , hacer un recurso a Maria ; pera ha de ser de un modo simple, afectuoso y lleno de confianza, pronunciando sa nombre, mirando sus Imagenes, pensando en las virindes que practicó, enla gloria que posee, en el amor tierno y verdaderamente malernal que nos tiene, diciéndola esta ora- cion de la Iglesia: «María Madre de gracia y >Misericordia, protegednos contra nuestros ene- »migos » 9, ó esta otra que lal vez se reza todos los dias sin gusto y sin reflexion, por- que no se hace sinó por habito; pero .verda- deramente esta llena de uncion;.y sobre todo enel tiempo de la tentacion es personal ; in- teresante, y animosa; « Maria Madre de Dios, ruega. por nosotros ahora ;» 0 bien estas tres palabras breves é milamadas: «¡ Nuestra vida! <¡ Nuestra dulzura ! ¡Nuestra Esperanza l» ó bicn diciéndola en los mas violentos impulsos de la tentacion, como el Jóven Tobías al Án- rol Rafael : « Ay de mi! Este, este: monstruo vinfernal está preparado para devorarme. Me 1 Spes desperatorum. S. ¿Ephren, — 2 In omni peri culo potes obtinere salutem ab 1psá Virgine gloriosa et ideo diet ipsa: In me omnis spus vitzee et virtutis, S. Thom 5. part. quest. 17, art. 5 ad Sum. — 3. Maris mater raiz, Dulcis par ens clementiz, Tu nos ab hoste orovege