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212 Paz interior. de Dios, que este desgraciado sacude sin ce- sar en sí mismo, le hieren hasta el fondo del corazon, en él devoran todo el espiritu inte- rior y*toda la unción santa 1. Ni se atrevera a buscar su consolacion en Dios; pues cree ver salir de las manos de su justicia,el fuego que lo devora. La buscara tal vez éñtre los hombres ; pero pocos entenderán su pena; y entre ellos hallará pocos que se compadezcan de él, y menos aún que estén en estado de alwiarlo. Muchos si te aumentarán y exagera- rán sus faltas , 0 irritarán su imaginacion en vez de hacerla calmar. Las tinieblas de su en- tendimiento aumentarán á proporeiwn el sobre- salto de su corazon ; y cuanto desvia los recur+ sos para volvera él, tanto se aparta del camino de la paz. Para colmo de estas desgracias, esta tentacion que es la: mas horrible de. todas!, es aquella que parece menos de lo .que.es; y él se figura al contrario, que. es una Fé viva la. que le hace sentir todo el peso de las ver- dades terribles, que lo hieren con rigor. M. . Pero.es: muy. necesario , que estos es- pantosos tranees sean.lo que se figura. Si la Fé es el fundamento dela Esperanza , y esta es firme y constante, á medida de lo que ella tiene de viva y animosa : se vé que siem- pre se. aumenta la alegria, la consolación, la seguridad y la paz, á medida de lo persua- didos que estamos del amor de Dios hácia n0s- 1 Sagiue Domini in me sunt, quarum indignatio él ci ad. 6 de men.

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