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8 Paz interior. este apresurado movimiento y esta especie de fermentación interior, deben estar persuadidos, que hay en su conducta mucho de humano Y de propia actividad , y esto solo se encuentra en su Corazon, Es, pues, la paz interior, una señal que nos hace conocer los movimientos de Dios, y no solo nos los hace discernir en su principio, sinó tambien en sus efectos. Cuanto eslos son mas grandes , tanto Se aumenta la paz. Los mismos ejercicios penosos , que nos hacen em- prender , nO NOS inquietan ni nos causan desa- zon, porque conservan la pureza de su prin- cipio, que es de una actividad infinita y de una paz inalterable. Sin embargo es necesario confesar que, es raro el que no Se distrae al- gun tonto en el ejercicio de una inspiracion verdadera y pura; como tambien el que en medio de esta profuuda calma no padece al- guna alteracion , y especialmente comerciando y tratando con los hombres. Los santos mis- mos lo han conocido asi por la esperiencia; y uquel descanso que el Salvador hizo tomar á sus discípulos, separándolos de la muche- dumbre , y destinándolos a la carrera Apos- tólica, como refiere san Marcos 1, nos da bien á entender, que es cosa muy dificil suliv- de este ejercicio con tanto recogimiento y tral- quilidad , como se entró en él; y que la so- ciedad de los hombres nos altera alguna Cosa, 4 Venite seorsum in desertum locum , et requiescite pusillum. Marc. 6, 31.

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