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187 CAPITULO HI. Moderacion en los ejercicios de la virtud. L Combatiendo animosamenute y ganando la batalla , se merece la corona; pero hay dos coronas de diferente precio, y hay mas y menos en los combates. Ja prudencia nos debe hacer evitar los que serian peligrosos para nuestra flaqueza, y no debemos esponer sin necesidad la paz de nuestro corazon. ¿ Aspirais a mas alta perfeccion , y el bien mas diticil de prac- ticar es solo el que 0s puede satisfucer? ¡Re- solucion loable y tambien necesaria , para ha- cer algun progreso! Pero. no comenccis por donde habeis de acabar; y no 0s piqueis luego de un heroismo, que en el principio no es mas que presuacion. Vuestra viña esta aún en flor, y podeis ejercilaros en cojer las peque- ñas zorras que están ocultas en ella, y harán un gran destrozo *. Pero no us apliqueis ¡m- prudentemente á buscar los jabalies , retirados en las cuevas que la rodean; porque despues de haberos puesto en fuga, la desolaran en- teramente *. Comenzad por cercarla con una buena muralla ; y cerraos en ella para cultivarla y para desviar la indiscrecion de los pasaje- 4 Capite nobis vulpes parvulas, qua demoliuntur vineas: nam vinea nostra florait, Cantic, 2,13. — 2 Extermti- mavit eam aper de silva. Psalm. 79, 14.

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