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CAPÍTULO IVY. Para mantenerse en la Paz interior , se han de desear con moderacion hasta las mismas virtudes, y practicarlas sin soberano ardor ARTÍCULO 1 Moderacion en los deseos de la virtud. + lL Seria cosa digna de asombro decir; que es preciso ser sobrios en la sabiduria, si no lo dijéramos despues de san Pablo, con la autoridad que le dá su Apostolado *. Aunque no haya jamás escesos en la virtud, los hay muchas veces en las ideas que se forman, en los deseos que se conciben, y en- las: accio- nes con que se practican; porque la virtud consiste en un medio, del cual se desvia, tanto con la sobra, como con la falta: me- dio mas dificil de hallar que el centro de la gravedad de los cuerpos, y el perfecto equi- librio. Y asi como una mano. trémula y muy apresurada, no encontraría jamás este equili- brio; asi los deseos muy ardientes, que pegan en el pesar y en la turbación, jamás dejan 4 Pico enim per gratism, que data est mibi... Non plus sapere quam oportet sapore., sed sapere ad sobrieta- tem. Roman 412,3.