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Practica. 169 tra que no lo esléis. Y ¿qué seria si esto que llamais tibieza que os confunde , se convirtiera por vuestra impaciencia, ea una ebullicion que us evaporase ? La'vida de nuestra alma como la de nuestros cuerpos, tiene dia y noche; en el dia se ha de trabajar con valor;.en la no- che se ha de sufrir con paciencia. Importa mucho , no se disipe lo que se ba adquirido; y sería cosa, muy, Vidicula, hallarse suprimido por la debilidad que se tolera, como por las tinieblas en. que se halla, No haguis mucha cuenta sobre la disposicion presente , porque se mudara bien, presto en otra , dice la hmitacion de Cristo, Mientras vi- vais estareis sujetos “aunque no querais, á la mudanza y á las alternativas; de suerte que ya Os vereis alegres, ya tristes, ya tranquilos, ya sérios, ya ligeros. Pero wn hombre pru- dente y bien versado en la espiritualidad , se pone sobre todas estas vicisitudes; y sin hacer caso de lo que pasa ep él, ni de qué lado sopla el viento de la inconstancia, no mira sinó á su fin, que es su adelantamiento en la virtud; y no atiende sinó a Dios en todas sus cosas : Jleva una conducta igual á pesar de-las vicisitudes , y esta firme su virtud entre to- das sus variaciones. V. San Franciseo de Sales *, no quiere que nos espantemos eon estas alternativas , ni que nos atemoricemos por la flaqueza que su- cederá á la mas animosa resolucion. Nos ase- 1 Epist. 47: cap. 4 Paz interior 11 bis

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