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rractica. 165 extravia vuestro entendimiento, bien lejos de cautivarlo; un teatro en donde vuestra ima- ginacion se entrega á'todas sus quimeras: pero humilláos entónees delante del Señor , por todo lo que esperimentais en vosotros mismos, y pensad que esta frialdad la tienen bien mere- cida vuestros pecados; y que es efecto en Su presencia, de vuestras infidelidades hácia Dios, ú de unos sábios deseos de su Majestad hácia vosotros. Si no os permite sentaros con sus hijos , ni quiere daros los manjares deliciosos que les dá; pedidle que os. conceda al menos cojer las migajas que caen de su mesa 1; es- timad su felicidad, deseadla sin inquietud ; es- forzáos sin fatiga; pedid , suspirad , temed, esperad, meditad lo que no habeis meditado. Y si no podeis ganar la altura de las monta- ñas como los ciervos, metéos en los aguge- ros de los peñascos como los erizos: envol- véos en vuestra propia nada, bien lejos de afectar una elevacion violenta, inútil y nociva: estáos en vuestras tinieblas y pedid á Dios con el Pontífice Zacarias, que os ilumine 2: de- cidle desde el fondo de un corazon tranquilo: «Señor, aqui estoy delante de vos sin re- »flexion , sin sentimimiento como un animal »estólido. Mas sin embargo de esto no he de »enfadarme ni desalentarme, pues vos no Os 4 Si aridum te sentis , insiste orationi, ingemisce, et pulsa; nec desistas , donec merearis micam aut guttam gra- tie salutaris accipere: Imit. Christi. lib. 4, cap. 13. 2 Miuminare his, qui in tenebris sedent: Luc. 1, Y. 79.