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ESCELencIas. 5 la Imitacion de Cristo *, Estad devolos y tran= quilos, y Jesus estará bn vosotros. Por es al ausentarse nuestro Redentor del Mundo , nos aseguró que estaria con nosotros hasta la con- sumacion de los siglos: mas tambien quiso, que nosotros estuviésemos en paz. Esta alhaja re- galó a los Apóstoles, como una prenda de su amor, y una percepcion de su presencia; y les ordenó, que la llevasen por todo el mundo con la luz de la Fé. Con este intento les dijo: En. cualquiera casa que entreis , decid luego : La paz sea en esta casa 2; dandoles él mismo el ejemplo . saludándolos asi: La paz sea con vos- otros 3. Y san Francisco no usaba otro modo de saludar, asegurando que Dios le habia re- velado que lo ejecutase asi. Este es en electo el compendio de los dichosos deseos , y por eso la Iglesia pone término á todos sus oficios pidiendo la paz para esta vida y la gloria para la otra; perque despues de la gloria del Cielo , no hay eosa mas excelente que la paz del alma. CAPITULO MI. La paz interior es muy propia para hacernos conocer los movimientos de Dios. Om. grande ventaja nos concede esta paz, Y consiste en hacernos discernir los movimien- 4 Imit. Christ. lib. 2, cap. 8. — 2 In quamcumque domrum intraveritis, dicite: Pax huic: domui. Luc. — 3 Pax vobis. Luc. 24.

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