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142 Paz interior. mismos dones sensibles. Advertid tambien que Jesueristo, dejándonos la paz como una rica herencia , dice que nos la dá de un modo todo diferente de aquel con que el mundo da la suya *: porque el mundo nos ofrece la paz, exhortandonos á gozar de lo que nos presenta, y aficionandonos á ella; Jesucristo al contra- rio, nos dá la suya desprendiéndonos de todo; y hasta de los mismos dones sensibles que vie- nen de su mano. V. Es preciso que os asegureis cuanto po- dais de vuestra voluntad , y de la resolucion de servir á Dios. Inelináos inviolablemente á su amor; desead el reposo interior , y la santa alegría que le acompaña, para poder adorar y bendecir con toda libertad á un Dios infini- -amente digno de todos nuestros homenages y alabanzas; pero si él permite que prosiga la turbacion, no os espanteis.+Guardáos de reer como sucede muchas veces, áun á las mas piadosas almas, que Dios está sia duda Fritado contra vosotros, por permitir que seais combatidos de tan furiosa tempestad, y que se introduzcan las aguas en grandes on- las hasta el centro de vuestra alma 2- antes bien habeis de .mirar este estado como una prueba que intenta hacer de vuestra buena vo- huntad, y como una afliccion que quiere que padezcais por su servicio, Ni espereis, si- guiendo un error muy comun, el regreso de , Y Pacem relinquo vons, pacem meam do vobis, ngn quomodó mundus dat, ego do vobis, Joann 14, 27 2 Intraverunt aque uscue ad animam meam. Psalm, 68,

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