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Medios para adquirirla. 135 han hallado los mismos profanos Filósofos, aunque mo habian entrado en la sendas tene- brosas de su alma, sinó con la luz de la ra- zon, obscurecida por el pecado y la irreli- gion; y no habiendo profundizado mucho , no descubrieron de esta paz, sinó la superficie, conservando siempre una semilla de inquietud y de turbacion, fomentada sin cesar por la vani- dad escondida en los pliegues del corazon. Y vos- otros, que haceis profesion de piedad ¿ sereis menos ardientes que los mismos Paganos . para procurar esta paz? ¿Sereis demasiadamente ciegos y flacos, para desconocer ó despreciar tan gran bien? Este , á la verdad , es un tesoro escondido, pero está dentro de vuestra alma , bajo una tropa de diversiones, pasatiempos y vagatelas, que podeis disipar cuando querais. Esto pide cuidado, es verdad: Pero esto qué cosa no lo pide? Los negocios , las diversiones , los delitos mismos ¿no dán alguna pena ? Los mundanos serian menos dignos de lastima , si sus bullicios y desórdenes no los empeñasen en mas sensibles trabajos, que los que pide la mas profunda paz. Y en el órden de la salud ¿hay cosa alguna que no cueste? La santidad, y la gloria ¿ se dan por nada? La cruz que se ha de llevar; la violencia que se ha de hacer; la guerra que ha de sostenerse durante la vida ¿mo son mas que grandes palabras que en su fondo nada significan? Si no quereis sincera- mente adquirir las virtudes ¿ para qué engañais al mundo, vistiéndoos de apariencias? Y ¿por