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130 Paz interior. CAPITULO XIV. Fin de estas tres partes. I Estos son los medios; y medios nece- sarios para adquirir esta paz y conservarla: pero temo que su práctica aparezca dificultosa. Mas, ay de mí! que no tengo yo poder para dulcificar estos rigores, en favor de aquellas personas débiles, á quienes les parece que los grandes bienes cuestan siempre mucho! Qué! dicen estos: es preciso ir con tanto cuidado y ob- servancia en todas las circunstancias y mo- mentos ! ¡ Obrar siempre con los movimientos de la gracia, y jamás por los de la naturaleza! ¡ Reprimir todas las pasiones, hasta las mas legítimas , y pasar repentinamente, de las mas guslosas prosperidades, á los mas pesados re- veses , sin que el interior tome la menor. cosa del mundo! ¿Qué hombre es capaz de per- feccion tan alta? Si la paz interior incluye tantas cosas, no puede esperarse que haya quien la poséa en esta vida. Esto es verdad : No debe esperarse en este mundo la posesion de una tranquilidad tan perfecta, que no sufra la alteracion mas me- nuda 1. Pero esperad: ¿No sabeis, que esta virtud eomo todas las otras, tiene diferentes 1 Num quam sentire aliquam turbationem, nec aliquam pati cordis... molestiam, non est presentis temporis , sed status eterne quietis. Kemp. lib. 3, cav. 25

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