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128 Paz interior. interior santuario, y de mantenerse en paz en esta soledad profunda, donde ya goza de la presencia de Jesucristo, ya le adora en el lugar donde estuvo en la Comunion prece- dente, y ya le prepara mejor su corazon para la que se ha de seguir despues. CAPITULO XI. Desasimiento universal. E, necesario sobre todo , desembarazarse de toda inclinacion, aun deylas cosas mas pe- queñas; porque un corazon dividido, jamás tendrá paz. El celo de Dios que lo persiguió para purificarlo, lo turbará sin cesar, con "jOS severos , con quejas secretas, Ó con un silencio triste. Él quiere hacer creer, que eso no es mas que una delicadeza escesiva de con- tiencia, una sutileza refinada de piedad muy singular y astuta, la cual lo atormenta sobre unas cosas menudas, delas cuales tantas per- sonas de sólida virtud no tienen pena: pero sentirá siempre, á pesar de todos los esfuer- 105, que ejecuta para lograr la calma que hay entre Dios y él, un muro de desesperacion, y queesta es obra de su resistencia á la ilustra. cion interior, y á lo que Dios desea de él; Ñ hará que él diga de lo mas intimo ide ¡su cora- '0n, con el jóven Profeta de Silo: Hablad, Señor, que vuestro Siérvo oye, dispuesto ¡
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