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126 Paz interior. Hemos tratado de este medio casi en el último lugar, porque deseamos quede mas profundamente impreso en los espiritus , por ser uno de los mas poderosos ; y el que con- confirma á los otros. Y si á estos los hemos esplicado en particular, no es porque se ha- yan de practicar independientemente de la ora- cion, sinó porque son como frutos suyOs, sO- bre los cuales se ha de insistir cuando se Ora. Por mucho que se diga de la paz interior, de los medios de adquirirla y caminos dife- rentes de hallarla, siempre es necesario venir á parar á la oracion : porque sin ella, jamás Be conseguirán, ni los medios ni el fin. Y si se vén almas muy tranquilas sin aplicarse á la meditacion , de la cual ignoran la teórica, Dios les ha concedido una oracion que no dis- ciernen, y alguna vez será muy sublime. Jl. La misma santa Comunion que Con- tiene al Autor de todas las gracias, no pro- duce la paz del alma , sin la oracion que nos dispone ú este Sacramento en la preparacion próxima y remota, y que recibe los frutos en la accion de gracias, y en el recogimiento que la sigue. Y la oracion que nos une á Dios, que nos alimenta de Dios, que nos. tras- forma en Dios, y que con estas ventajas es una especie de Comunion sublime y angélica, puede obrar nuestra santificación sin la Co- munion Sacramental, como se vé en muchos Santos. Testigos santa María Magdalena, san Pablo primer Hermitaño y santa María Egip- +iaca. No intentamos con esto entibiar el celo

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