BCCPAM000544-1-04p02d00000000

14 DESPEDIDA Ha terminado la Santa Misión. Has vivido unos días de gracia y de santificación, días llenos de Dios, por– que ha derramado sobre este pueblo luces y bendiciones sin cuento. Nos ha manifestado una ternura inmensa, una misericordia infinita ; nos ha recibido a su .amistad y gracia; ha venido a nuestro pecho en la Comunión ; hemos descan:'>ado en su Corawn Divino al ofrecerle el nuestro. Hechas están las promesas de fidelidad; el cielo nos contempla, y los ángele:'> hacen fi.esta por nues– tra conversión, cambio de vida y propósitos formulados ante el cielo y la tierra. Basta: ya, hermano mío, de infidelidades ; basta de malas compañías ; basta de lec– turas inmorales, de conver:>aciones libres, costumbres pe– camino:'>as, relaciones -ilícitas, espectáculos indecorosos ; basta ya también de incomprensibles cobardías y de respetos humanos. No te avergonzaste de vivir al pecado y a las pasio– nes, de andar sumido en -el de:'>honor y la abyección, ¿ por qué ahora habrías d'e tener reparo en seguir el bien, imitar los buenos, cumplir como católico, practicar el Evangelio y ser buen olor de Cristo? E'] cielo se promete al que comienza, pero se da al que termina . Dice nuestro Señor: «Quien perseverare hasta el fin, éste se salvará. n (M't . ro, 2;2. ) DESPUÉS DE, LA MISIÓN Terminada la santa Misión, o mejor dicho, comen– zada por los misioneros para que tú la prosigas, pen:'>a– rás y de seguro, hermano mío, que te dirás a tí mismo: yo quiero ser buen cristiano, yo quiero salvarme. No esperaba de ti otra co:'>a, y, por tanto, he de recordarte

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz