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12 cuanto has resuelto hacer y cumplir durante la Santa Misión. Repítele con efusión y vivo,s sentimientos de gratitud: «Jesús, Dios mío, te amo sobre todas las cosas . » (300 días de indulgencia.) «Corazón eucarísti– co de Jesús, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y • la caridad.» (300 dí.as de indulgencia.) En este último día, a la hora que se anuncie, se dará la Bendición Papal. . También se bendecirán los objetos piaclos,os, como Rosarios, Crucifi.jo,s, Medallas, Imagencitas, etc., con aplicación de indulgencias, y que .debes conservar como grato recuerdo. INDULGENCIAS APOSTÓLICAS.- A estos objetos piadosos se les imponen las Indulgencias llamadas Apostólicas. Para mayor co– modidad y uso ele las mismas te pongo aquí las principales y que atañen a todos los fieles. Pío XII declaró expresamente que estas indulgencias son acu– mulables con las concedidas a dichos objetos _por otros conceptos, por ejemplo, un rosario puede tener las apostólicas y las del rosano. Indulgencia Pieuaria.- Se requiere la confesión, Comunión, oración por el Papa y una de las prácticas siguientes : Rezar, al menos una vez por semana, la corona del Señor, o de la Virgen, o el Rosario, o el Oficio parvo, o el Oficio íntegro de Difuntos, o, cuando menos, Vísperas o un nocturno con Laudes, o los Salmos penitenciales o graduales. También con una obra de mi– sericordia o con la asistencia a la Santa Misa. Entonces -se gana la Indulgencia Plenaria en los días s iguientes : Día-s de Navidad, Epifanía, Resurrección, Ascensión, Pente– costés, Santísima Trinidad, Corpus, Sagrado Corazón de Jesús ; Purificación, Anunciación, Asunción, Natividad e Inmaculada Con– cepción de la Santísima Virgen María; Natividad de San Juan Bautista, ambas fiestas de San José, en .las fiestas de cada uno de los santos Apóstoles y de Todos los San tos. Indulgencia de Giete años, si faltando la Confesión y Comunión se hace todo lo demás. De tres años, por cada obra antes indicada. Quinientos días, cada viernes ·rezando tres Padrenuestros y Avemarías pensando la Pasión y muerte de Nuestro Señor. Trescientos días, examina ndo la conciencia con verdadero dolor