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II padre, te ayudará como hermano, te consolará como amigio, poniendo en tu conciencia la paz y la felicidad de los hijos de Dios. Aviva tus sentimientos cristianos con estas jaculatorias : «Jesús mío, misericordia.>> (300 • dí.as de indulgencia.) «Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.» (300 dí.as de indulgencia.) Si aun dudas, dirígete a María, diciendo: «¡Oh María, concebida sin pecado, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos! ,, (300 días de indulgencia.) ' Dí.a 8.º ¡ Día grande, día de paz, de gozo, de en- tusiasmo; día de la Comunión, día de l.a Bendición Papal ! Día de extraordinaria fiesta en nuestro pueblo, en lai Iglesia, en el cielo. Día de renovación espiritual; de las grandes resoluciones, de las sólidas promesas de fidelidad y de constancia. Día en el que ponemos en manos de la Divina Pastora nuestra alma y n_uestro ·cuerpo, nuestros sentidos y potencias, nuestros propósi– tos y determinaciones, para que Ella los presente a Je– sucristo y haga descienda sobre nosotros las bendicio– nes de Dios . La satisfacción y alegría que experimentamos es el fruto de la Comunión, de la gracia divina, de nuestra amistad con Dios, nuestro Padre . El pecado, que es– tinieblas y rebeldía, no deja al espíritu que disfrute de la deliciosa paz del alma. Ahora sí que comprendes lo que es la Misión, cu.ando experimentas SJ.l dulce fruto; fruto de vida eterna que has saboreado al oír la pala– bra de Dios, al meditar las verdºades eternas, al confe– sarte y comulgar, finalmente, al prometer vivir como buen cristiano, hijo de la Iglesia, hijo de Dics. Llevas a Jesús contigo, en tu pecho: acuérdate de El, sé agradecido, ofrécele tu corazón, pídele mucho y largamente por ti, por tu familia, tus campos, tus em– presas, sobre to do por tu alma y para que seas fi.el a

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