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cristianamente. Dios pedirá a cada uno cuenta al salir de esta vida : al bueno para su recompensa!, y al malo para SJ.l merecid,o castigo. Acércate a Nuestro Señor y dile confiado y compungido : «Dulcísimo Jesús, no seas para mí Juez, sino Salvador.» (300 días de ind·ulgen– cia.) Implora la protección de la Virgen con la siguiente invocación: «Santa María, líbranos de las penas del infierno.>> (300 días de indulgencia.) Día 6. 0 Somos culpables, y es preciso pedir a Dios perdón de nuestros pecados. Perdona y serás per– donado. ¿ Cómo podrás espernr el perdón de Dios, tu Padre, si no perdonas al prójimo, tu hermano? Perdó– nanos, Señor, nuestras deudas como perdonamos a nuestros deudores. Dios es n:uestro Padre, y nosotros debemos amarnos como hermanos, hablarnos, tratarnos, ayudarnos, como hermanos. No olvides que el amor edifica, y que el odio destruye. ¡ Qué dulce es vivir amándonos en la R eligión Católica, que es Religión de amor! L:evantemos el corazón y digamos: «Líbrame, Señor, de mis enemigos . » (500 dí.as de indulgencia.); pero no olvides que enemigos tuyos son la soberbia, la impureza, el .rencor, etc. Dirige a la Virgen la siguiente plegaria: «Madre de amor, de dolor y de mi sericord ia, rogad por nosotros. >l (300 días de indulgencia.) Día 7. º Agradecido nuestro corazón por las gracias, luces y bendiciones con que nos ha favorecido en estos días de la Santa Misión, queremos corresponderle detes– tando nuestros pecados, .arrepintiéndonos sinceramente y proponiendo no ofenderle más, y recobral.'emos la amistad divina haciendo una: buena confesión de todos nuestros pecados. Confiésate, hermano mío ; libremente, pero bien. No ocultes nada, porque a Dios no le puedes engañar. No temas, pues el misionero te acogerá como

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