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cay ya y se me ha puesto entre ceja y ceja que esas cuen- tas de los sabios han de resultar las cuentas de la lechera, y supuesto que las,sociedades, como ta- les, no reciben el castigo de sus delitos en el otro mundo, en este se han de encontrar algun dia con la horma de su zapato. En fin, lo que sea sonara; pero creo firmemen- te que si la sociedad no hace alto en su camino de perdicién, el edificio de la civilizacién acabara por caer como un castillo de naipes, o estallara como un triquitraque, y entonces seran las madres mias. i Ese es mi parecer, mondo y lirondo; y como no creo que el tomar vela en esta tierra sea me- terse en camisa de once varas, como lo siento lo digo, suplicando al lector que no lo tome por don- de quema, si es que quema por algiin lado. * he Declararé mi pensamiento en ‘pocas palabras y por brevis et breve, porque inteligenti pauca, -como dicen los latinos. /Malos tiempos corren!/ Esa frase escrita co- mo ‘epigrafe de mi primer articulo vuelvo a_repe- tirla ahora, porque esa es mi opinién, y mientras las libertades de perdicién anden sueltas, esa sera ee’. y no me apeara nadie de ella nia tres tirones. Si | | el lector disiente de mi parecer, alla él, y con su pan se lo coma, /n dubiis libertas. Pero estoy