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aE wen quiera el grito de rubrica, /a bolsa o /a vida, cat- garse de papel (que no es precisamente papel mojado) o de dinero contante y sonante, y huir, no como alma que se lleva el diablo, ni como rata por tirante, sino como perro con tajada? iY contento con que la autoridad no les haga el caldo gordo, y la puente de plata, como se ha. visto alguna vez! Por otra parte éno es cierto que el lujo y la moda se han convertido hoy entiranos del sexo: débil, en verdaderos sefiores de horca y cuchillo,. que ponen en berlina, y dejan dando las boquea~ das el mas opulento capital? ¢Y no andan sus vic- timas de la ceca a la meca, devanandose los se- sos, para cumplir sus leyes y dar gusto al diablo que las inventé? Y que no vaya nadie a decirles que las _modas. actuales se dan de bofetadas con la ley de Dios, porque, aunque el predicador saque el Cristo, o muestre el baculo,* y aunque la misma opiniém honrada arme contra élla un ¢olle tolle, la mujer mundana se queda tan fresca como si predi- caran al vecino, o hablaran para mafiana. Y sit se le aconseja que, en obsequio a la honestidad, alargue su vestido, contesta conla mayor sangre fria: <Eso no puede ser, sefior moralista; y no me convierto, aunque me prediquen frailes descalzos. Hoy /o que viste no es chic; y sila moda impone un vestido, aunque no sea decente, siga la moda, y ruede la bola.» Nada digo de esa mujer fuerte (digamoslo asi)