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ee ni cuantas son cinco, saben muy bien que la inte- ligencia en estos ultimos tiempos se ha desarro- ilado a expensas de la virtud, que raquitica y des- medrada, es la que tiene que pagar muchas veces el pato y los vidrios rotos. En el orden politico jamas se ha revuelto tan facilmente el cotarro como se revuelve hoy, y a veces en un abrir y cerrar de ojos. Nunca se ha turbado con tanta frecuencia el. orden social, con- virtiéndose el mundo en una olla de grillos, cuan- do no, en el campo de Marte o en la casa de téca- me Roque. Y en el orden individual ¢no es cierto que el hombre mas austero en apariencia da el gran chasco al mismo lucero del alba, saliendo con una pata de gallo? Y cuando han reinado con imperio tan absolu- to en la sociedad como reinan hoy esas férmulas del egoismo y de la insensatez, comamosy beba- mos, gue mafiana moriremos, el que viene atrds que arree, ancha es Castiila, y viva la Pepa? ¢Cudndo ha sido mayor el nimero de esos hom- bres que nadando en aparente felicidad, se aho- gan en un mar de lagrimas? Y ¢ha podido la cien- cia humana acercarse siquiera aese maremagnum de dolores, y alargar alos natifragos una tabla de salvacién? El hombre de ciencia penetra a hurtadillas y como de matute en el gran laboratorio donde la naturaleza realiza sus secretisimas manipulacio- nes, la sorprende con las manos en la masa, alza la suya fina y cuajada de anillos, y cuando menos