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ose a un tejemaneje de frasecitas que nos ha armado- Vd. ahi! jCasi, casi vale Vd. para orador de par- lamento! jLo que es para sacamuelas no tiene Vd. | precio! i Pero apuesto doble contra sencillo, y pondria | la mano en el fuego a que, tomandome por un Juan Lanas, se ha creido Vd. que con ese discur- so me ha dejado hecho un tarugo partiéndome por el eje. Pues se equivoca de medio a medio, por que sé también yo sacudirme las pulgas, y si el caso lo pide, cantar ajmi contrincante las verdades © del barquero. ¢Quiere Vd. pruebas al canto de es- — ta verdad? Pues |partamos el sol, y nos veremos — las caras, porque precisamente me perezco por — las discusiones y, metido de bruces en ellas, me — encuentro en mis glorias, y como el pez en el — agua. ee & Debo confesar a Vd. en primer lugar, sefora sociedad cientifica del siglo veinte, que, hablan- do en plata, nunca me he calentado yo mucho los cascos para picar alto o calar hondo en esas cien- cias que tienen por base la experiencia unida con el teorema. No es que respecto deellas se encuentre mi entendimiento tamquam tabula rasa, no. Eso no. Ne quid nimis. Ni tanto ni tan calvo. Pero quiere decirse que en esas ciencias no soy un Kepler, ni mucho menos, y todos mis co-