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ian ie En el lenguaje de la razon, no es lo mismo de- ir paz que silencio, por mas que sea sepulcral. Aunque se oiga en la calle el aleteo de una mosca, y la policia esté con los brazos cruzados; y los soldados mano sobre mano, mientras el vi- cio haga de las suyas, y las almas estén de virtud ala cuarta pregunta, no brilla la paza no ser por — su ausencia. Afirmar que, sino se arma una marimorena cada cinco minutos en cada esquina de cada calle, va la sociedad viento en popa, es discurrir con los" pies, o dejar que la inteligencia se vaya por los cerros de Ubeda. Si tranquilidad viene de tranca, \a tranca el emblema de la pazy el trancazo \a_ produ- ce, sobre todo cuando el trancazo se da, no a los otros, sino a si mismo. Véanse las principales _ aplicaciones de esta teoria. 1.° Que sin decir esta boca es mia, y haciendo si es necesario, de tripas coraz6n, cada palo aguante su vela, rogando mucho a Dios, sin ol- vidarse del mazo. 2." Tener a raya los impetus del caracter, ha- cer ofdos de mercader a las insinuaciones del amor propio, y oir el grito de las pasiones como quien oye llover. 3." Ser amigos de la verdad mas que de Pla- ton, y no serlo jamas de todos los Segismundos, arrimandose por sistema al sol que mas. calienta. 4.° Very sacar la viga del ojo propio, y no tocar el cielo con las manos, ni mostrar escriipu-

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