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ANO al POESIAS tr VIDA COMUN 48. Esta fué la virtud más admirable entre: todas las del P. Ignacio, que miéntras fué reli- gioso (que fueron 64 años) jamas dejó de seguir en todo la vida comun de la Orden sin faltar jamas (sino cuando la obediencia le tenía ocupado) al menor acto de Comunidad, con que llegó á al. canzar la perfeccion de los demas y toda la de su espíritu. Estaba en su centro cuando se hallaba en los actos de Comunidad: y reputaba por falta grande, pudiendo acudir, faltar al menor de sus actos. Tan puntuai en todo que á todos era el pri- mero, llevando una santa competencia en que nadie le ganase por la mano. Singularmente en ser el primero en ir al coro; algunos de nuestros Padres que eran muy puntuales á lo mismo, iban con cuidado por ser los primeros á Maitines, y por más diligencia que ponían pensando serlo, ya le . hallaban de rodillas en su lugar. Una vez se le cayó la cuerda ántes de entrar en el Coro, y por- que nadie se adelantase si se entretenía en ceñír- sela fuera, entró con ella en las manos; y siendo el primero que entraba era siempre el último que salía. 40. Tenía tanto aprecio á esta virtud de se- guir en todo la vida comun de la Orden, conside- rando que no se le podía hacer en ella mayor ser- vicio 4 Dios, ni con otro medio más perfectamente conservar el sublime estado de la Religion, que - sólo con su ejemplo obligaba á los otros. Por esto