BCCPAM000543-2-06000000000000

CAPITULO VIII. : 49 en esta la salud (entiéndase: sin hacer excesos opuestos á la ley de Dios), la hallaran mejorada en la otra, y nos enseña que si queremos ser sus discípulos nos neguemos y aborrezcamos á nosotros mismos; esta es ciencia y no la supo ni entendió Galeno: Vir insipiens non cognoscit et stultus non intelligit haec. » Esto lo dijo con espíritu evangélico y dejó atónito y mudo al médico y sin palabras para responderle, y se fué admirado de tanto rigor en tal edad. 46. Con este rigor perseveró toda su vida, que admiraba sólo el verlo Fr. Miguel de Caldes, re-. ligioso lego que le trató más que nadie en la Pro- vincia de Cataluña y en la de Valencia. Acom- pañando á su Provincial á un Capítulo general á Roma, pasaron ála de Milan donde había recibido el hábito el P. Ignacio; llegaron á nuestro convento de Cremona donde hallaron muchos padres viejos que lo habían alcanzado ántes que viniera á Es- paña: y preguntado por él, teniendo por cierto sería ya muerto, cuando les dijo que aun perseveraba en sus rigores, ayunos, disciplinas y descalcoz, pasmados se hacían cruces de que pudiese cons- tante llevar los ejercicios penosos de la Orden, y decían que la misma llevaba ya aquí ántes que se a fuera á España; « ya entónces era santo, no aflojando 2% un punto del modo de vivir con que aquí comenzó, | de tal modo que siempre fué para sí cruel ver- | 4 E :

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz