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. gi? pose ES OR io A a e: A sd + 7 E 3%] Er EE ; “% e E Ha : : y E ,, Ae e qe z y Ep e a 3 > pal, $ . e o ñ A ta Y en ne a CAPITULO Y. 37 ella » (habían muerto un santo clérigo y un reli- gioso carmelita descalzo): y añadían: « Esto le de- cimos por si acaso Dios nos lleva de esta vida ántes que al P. Ignacio, para que lo puedan decir cuando muera. » Ambas cosas tuvieron cierto su cumplimiento: que ellos murieron ántes que él, y en la muerte del P. Ignacio hubo tan universal mo-- cion en toda la ciudad de Orihuela, donde murió en opinion de grande santo, como veremos en su lugar. | 32. Con estos favores honraba Dios á su siervo el P. Ignacio, que como pobre evangélico tenía en El puesta su confianza, manifestando con ellos cuan agradable le era su alma. De su pronta obediencia, CaríruLo VI. 33. Muchas y grandes fueron las virtudes que se vieron en el P. Ignacio que se dudaba cual de las suyas era mayor: pero la que campeó más en- tre las suyas y fué como sol entre las estrellas, fué la pronta obediencia que tuvo siempre á los Pre- lados. No sólo no opusó jamas excusa á sus man- datos por trabajosos y dificultosos que fuesen, sino que para su afecto no había cosa de mayor 5 > PE ql a ¿S 4 á he A va hi 2% ; e E Rego A E A en A 54 A