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e NS, SE : AAN vamos á decir Misa que El nos proveerá. » Dijola ERARIO rad? a eS PAST E e E AR De 34 POBREZA dalena, faltó un dia el pan para comer, y no se podía salir á buscarle por las inclemencias del tiempo. Dijéronselo al P. Ignacio, y él dijo: « Dé- jenlo, no tengan cuidado, pongan todo lo demas 4 la mesa que no faltará pan: confiemos en Dios, el mismo P. Ignacio y se la sirvió Fr. Francisco de Daroca, y fué tanto lo que se detuvó en el primer Memento que les causó grande admiracion á los religiosos que la oían dentro del coro. A este tiempo vió Fr. Francisco que el P. Ignacio fué arrebatado en éxtasis, y que se elevó su cuerpo un codo en alto del suelo y que bajó sobre él un resplandor grande que le cubrió todo. A este tiempo entraron en la Iglesia dos mancebos her- mosísimos, y puestos de rodillas estuvieron con mucha devocion todo el tiempo que tardó en aca- barse la Misa. Viendo Fr. Francisco de Daroca lo que pasaba en el altar, sentía en su alma un extraordinario consuelo y unos impulsos grandes de volverse para mirar los mancebos que estaban aun en la Iglesia. Hizolo así (cosa nueva para este religioso, que entre sus virtudes fué esta singular de tan rara mortificacion en sus ojos, que jamas despues que fué religioso hizó á nadie al rostro) y quedó maravillado de su hermosura y más de la devocion y reverencia con que asistían de ro- dillas á la Misa, y uno y otro le obligó 4 que se dl

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