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CAPÍTULO IV. 21 — a o —— lo hizo en Játiva que advirtió que una mujer le cortaba un pedazo del hábito, y vuelto á ella la trató con alguna aspereza y á su compañero le dijo: «no he de pasar en mi vida por esta calle ». Solía decir: «Si, los que piensan de mí que soy algo me conociesen, se espantarian y huirían de mí y no me querrían ver, que no soy sino un perro muerto, hediondo que huelo mal delante de Dios.» 46. Siempre estuvo mal con las honras, y todo lo que se las podía ocasionar lo desviaba de sí. Era de gran capacidad, de ingenio muy claro, bien entendido, muy leido en la Sagrada. Escritura y en los santos Padres, y en sus conversaciones traía sus autoridades muy á propósito, varon alum- brado de Dios en la Teología Mística, y de lA Escolástica hablaba profundamente; y habiendo estudiado en la provincia de Milan el cuerpo de las Artes , no quiso pasar al de la Teología por no llegar á la honra de predicador, y queriendo un venerable General de nuestra Orden, que co- nocía muy bien las prendas naturales y adquiridas | y sabiduría que tenía infusa de Dios, darle licen- cia para predicar, se excusó diciendo que era un idiota, un ignorante que no sabía su mano de- recha. ¿ 17. Los empleos de su mayor gusto eran los de la humildad, barrer el convento, fregar los platos de la cocina, ayudar á cavar al hortelano en el huerto, F A e Y 0 a Pal NA E
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