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MILAGROS 273 ——¿ualmente lo refieren nuestros antiguos Originales. | Cayó desgraciadamente en un profundo pozo un niño de tierna edad, hijo de Vicente Bernisela y de María Martinez, vecinos de dicho Convento. Diósele luego la fatal noticia á su madre; la que inmediatamente se fué á nuestra Iglesia, derra- mando gran copia de lágrimas, que enternecerían 4 los peñascos si fuesen capaces. Suplicó á los Religiosos que acudieron que rogasen á la Virgen Santísima de la Fe para que diese vida á su hijo caido en el pozo. Algunos hombres con sogas en- traron en este, y hallaron al niño en su suelo, enbierto todo «de cieno, no vivo, sino ya ahogado y muerto. Le sacaron, lo llevaron á nuestra Iglesia, y así como estaba lo pusieron sobre el altar de Nuestra Señora y se continuaron los ruegos. ¡ Caso á la verdad portentoso! Apénas estuvo en el altar el niño, se levantó de repente con nueva vida; cuyo suceso llenó: de asombro á los Religiosos y 4 muchos seglares que se hallaban presentes al milagro. Y así lo depusieron todos estos, y la misma madre del niño, como testigos de vista que lo pre- senciaron. | 25. En el año de mil seiscientos ochenta y uno, se vió otro suceso que nuestros antiguos Origina- les lo califican por milagro, obrado por la invoca- cion de Nuestra Señora de la Fe. Gaspar Cunedo, cirujano y vecino de Orihuela, hacía ya dos años

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