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VIDA DE PROFESO jimos, y de las demas virtudes suyas: y todas se miraban en él en grado tan heróico, que embara- zaban el juicio de los que las miraban cual de ellas era la mayor, todas lo parecian y cada una parecía mayor. Todas las suyas fueron ejemplares, y no parecía el P. Ignacio adornado de todas ellas, sino un vivo retrato sacado de su original San Fran- cisco nuestro Padre. 12, Habíale escogido Dios para uno de los pa- .7 dres y piedras fundamentales, para que plantara el espíritu de su seráfica Religion en las nuevas fun- daciones de ella en las Provincias de España; él fué uno entre los primeros Padres que la fundaron en la de Cataluña, y despues lo fué tambien de la de Valencia: y ambas con ejemplos admirables de virtud, de prudencia, y enseñanza las plantó con toda perfeccion, en ambas fué prelado y en una y otra está hoy viva la memoria de sus heróicas virtudes. De su profunda humildad. CaprítuLO IV. ed No 13. En el capítulo pasado vimos en comun las Evangélicas virtudes del P. Ignacio, en los que se siguen se veran en particular las mismas; y la que de todas primero se nos viene á los ojos como