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246 OTROS MILAGROS mucho, como reliquia suya, le llevaba ceñido por de. - vocion, y le servía de despertador para encomen- darse en sus oraciones. Olvidósele un dia encima de su cama, quedando abierto el aposento en que estaba. Una mujer no conocida, y sin ser vista se subió á él, y tomando las sábanas de la cama, las fundas y unas camisas, hizo de todo un envoltorio, se lo puso bajo el manto, y queriendo ir á salir por la puerta por donde había entrado en el aposento, jamas pudo, aunque lo intentó muchas veces. Viola una de las criadas de casa, y le dijo: « Hermana, ¿qué tiene? ¿qué es lo que quiere? ». A estas voces acu- dieron la dicha Doña Ana Bou y su madre D Juana Bou á ver con quien hablaba la pr y viendo tan inquieta á la mujer que iba y volvía sin parar hácia la puerta y no acababa de salir, le dijo la Señora Doña Juana: « Hermana, vayase con Dios: ¿qué quiere? »; é intentando salir, vieron que volvía hácia tras la mujer, asustada y aun como fuera de sí, sin saber quien la estorbaba la salida. Cansada de porfiar, le dijo: « ¿Es Ud. la señora? ». Respondió la Señora de casa: « Lo soy: qué es lo que quiere? » - «Si Ud. no lo dice á nadie, dijo la mujer, yo le descubriré una cosa ». Prometió ha- cerlo (porque aun no sabía del hurto), y sacando de bajo el manto el envoltorio, dijo: « Esta ropa me ha dado un hombre, mire Ud. si es suya »: y de- - jándola en sus manos, tomó la puerta sin detenerse