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el 226 : OTROS MILAGROS dábanle á bien morir dos Religiosos de la Sant. sima Trinidad, y estando el enfermo agonizando, 4 las diez de la noche, á instancia de un amigo suyo, — le pusieron encima unas sandalias del P. Ignacio, - confiando los que allí se hallaban en su intercesion; invocaron la suya, y fué cosa digna de admiracion: al mismo punto abrió los ojos y reconoció á todos los presentes, se le quitó la calentura y deshizo toda la hinchazon de la erisipela, no sin grande admiracion de cuantos se hallaban allí, quedando bueno del todo. Vino el Doctor Gil por la mañana, pensando hallarlo ya muerto, y cuando le vió sin accidente ninguno, se pasmó alabando á Dios en su siervo el P. Ignacio. 263. Francisco Ferrete, vecino de Orihuela, estuvo enfermo de una erisipela que le tomaba todo el rostro, y le cubría los ojos, que por ningun modo los podía abrir, con mucha calentura y dolores muy agudos que no le daban treguas de dia ni de no- che, con un tormento continuo. Invocó los méritos ¿ intercesion del P. Ignacio, pusiéronle sobre el rostro una medida de su cuerpo, y al mismo punto se le quitó la calentura, se halló sin los dolores y se le deshizo la hinchazon, quedando del todo bueno. 264. Catalina Real, viuda de Alonso Jimenez, tuvo á una hija suya en peligro de la muerte segun dijeron los médicos, por una erisipela que tuvo en el rostro, que se le pusó tan diforme é hinchado

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