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OTROS MILAGROS bajo pa se vió libre del pop que le ame nazaba. Se 254. Mariana Martinez, mujer de Juan A da habiendo dado á luz un niño, por accidentes de 3 ibase muriendo y acabando por instantes. Los de su casa conociendo el peligro, fueron corriendo 4 - buscar el mismo báculo; y diciéndola que era el del P. Ignacio, y con él habían escapado muchas del peligro en que ella se hallaba, que le tomase en 3 la mano y se encomendase á él: hízolo, y «pla 29 tuvo, alegre gozó del mismo beneficio. E 255. Ines Cereo, mujer de Leon Alvares, legó un mal parto que tuvo á los últimos términos de la | vida, perdidas las fuerzas y los sentidos, que ya : ] 5d 3 no conocía á ninguno de los cireunstantes. Una her- > mana suya viendo el peligro en que estaba n hermana, sabiendo tenía Francisco Bernal el báculo del P. Ignacio, con que tantas habian experimen- tado su virtud y escapado de la muerte: fué por él, confiando recibiría su hermana el mismo fayor; trajolo, y llena de fe se lo pusó en la cama suya, exhortándola que tuviese mucha confianza con el P. Ignacio: y apénas le tuvo en-la mano, al mismo instante se libró. = “ 256. Angela Miron, mujer de Ginez Alda habiéndole llegado la hora del parto, se halló en E extremo peligro ella y la criatura. Viéndose en tan E lamentable trance, se acordó que tenía unas rel q ed £